Contra todo despliegue manipulador de la vieja política, en Santa Victoria Este -departamento de Rivadavia BN- el voto indígena reafirmó su madurez democrática para reivindicar el triunfo de la política indígena mediante la re elección del intendente Wichí, Rogelio Nerón.
Un amplio margen de votos en su favor para un nuevo mandato frente a la comuna, posibilitó un panorama de la realidad que enfrenta datos certeros como el hecho que las candidaturas originarias, sin recursos económicos para arbitrar la compra de los votos criollos, logró a fuerza de militancia popular, el apoyo a otro modo de participación ciudadana.
Un dato a tener en cuenta es que por primera vez, el senador Lapad, polarizó en territorio norteño con dos líderes indígenas, por un lado el Intendente Wichí y por otro, el referente Chorote Marcos García, quien le peleó con el casi 50% del electorado departamental en un espacio que lejos está de contar con las herramientas económicas de las que suele echar mano el senador histórico del Justicialismo.
Por su parte, Rogelio Nerón, inmutable, no sintió ninguna presión por parte de su rival criollo, actual diputado de la Provincia, Moisés Balderrama, otrora intendente de SVE por doce años, el gran derrotado de estas elecciones en donde el objetivo del oficialismo criollo fue impedir el crecimiento de la política indígena en el Departamento.
Que en SVE, cabeza departamental, se impusiera el voto de los Pueblos Originarios, a las claras marca los nuevos rumbos que emprende la Salta del interior profundo. En pleno corazón del denominado Corredor Bioceánico, con tierras y posibilidades estratégicas que sólo puede marcar el área de frontera cercana al punto tripartito con Bolivia y Paraguay. El crecimiento como actores de la política, en los Pueblos Originarios, marca una agenda muy distinta frente a la indiferencia habitual de los Gobiernos norteños.
Santa Victoria Este levanta la Wiphala con el orgullo de los humildes y marcha hacia los tiempos venideros con la convicción que esto anuncia próximos triunfos colectivos, la única forma de coronarse que tienen los indígenas, conjungando un nosotros, permanente.